Dolor ocular en los perros y como detectarlo.
Los perros muestran diferentes signos cuando sufren de dolor ocular. El más común es entrecerrar los ojos pero no es el único. Podemos incluir el parpadeo excesivo, enrojecimiento de la esclerótica (parte blanca del ojo), Inflamación, descarga ocular anormal (desde lagrimeo a secreción mucosa o purulenta), hiper sensibilidad a la luz (Fotofobia), frotar el ojo afectado con la pata o con objetos y renuencia a abrir la boca o aceptar alimentos duros. También puede haber cambios en el comportamiento como irritabilidad o buscar esconderse.
Entrecerrar los ojos es uno de los signos más comunes de dolor ocular en los perros (Imagen: Pixabay).
Posibles causas de dolor ocular en los perros.
- Infecciones (bacteriales, virales o fúngicas).
- Ulceras corneales.
- Materiales extraños alojados en el ojo.
- Uveítis (Inflamación del iris).
- Lesiones oculares por traumatismos.
- Glaucoma.
- Enfermedades autoinmunes.
- Deficiente producción de lágrima.
Diagnóstico del dolor ocular.
Existen diferentes pruebas que nos ayudan a los médicos veterinarios a confirmar el dolor ocular en los perros. Sin embargo, es imprescindible contar con la historia clínica y hacer un examen oftalmológico exhaustivo.
El examen oftálmico completo debe de incluir la prueba de Schirmer (mide la cantidad de lágrima producida), tinción de la cornea con fluoresceína (detecta ulceras), tonometría (mide la presión intraocular) y examen de los párpados y superficie del ojo con el oftalmoscopio. En ocasiones, para poder examinar el ojo, se aplican soluciones anestésicas tópicas para inhibir el dolor y que el perro pueda abrir el ojo.
Otras medios diagnósticos de utilidad son:
- Ultrasonido ocular.
- Citología (estudio de las células involucradas en la herida o úlcera).
- Hemograma y química sanguínea en el caso de sospechar de alguna enfermedad subyacente.
- Radiografías del cráneo.
- Tomografía computarizada o resonancia magnética.
Tratamiento.
El tratamiento para el dolor ocular en los perros varía según la causa identificada. Puede ser que con un anestésico tópico se pueda retirar un cuerpo extraño que molesta. Otras veces, con la aplicación de gotas oculares antibióticas, antifúngicas o antivirales, o con tratamientos para reducir la inflamación y el malestar.
En el caso de úlceras corneales, hay tratamiento médico. No obstante, si la úlcera es profunda, puede necesitar solución quirúrgica. Lo mismo sucede con el tratamiento para glaucoma. La cirugía oftálmica en los perros ha avanzado significativamente y ofrece opciones efectivas para muchas afecciones.
Desatender los signos de dolor ocular retrasa el diagnóstico y su tratamiento. Aumenta el riesgo de perder la visión o el globo ocular (Imagen: Pixabay).
Prevención y cuidado.
Se debe de mantener una correcta higiene ocular. Evitar el contacto con sustancias irritantes y objetos afilados que puedan lastimar las corneas. Especial atención en las razas braquicéfalas (perros chatos), ya que suelen presentar más lesiones oftálmicas por su estructura facial.
El cuidado implica estar atento a cualquier cambio en el comportamiento o aspecto de los ojos. Cualquier señal de molestia ocular, como parpadeo excesivo, enrojecimiento o secreción anormal son motivo para acudir al médico veterinario de inmediato.
En resumen, el dolor ocular en los perros puede ser un problema grave que requiere atención médico veterinaria inmediata. Reconocer los signos tempranos, buscar ayuda profesional y seguir el tratamiento adecuado son pasos cruciales para garantizar la salud ocular y prevenir la pérdida de la visión en nuestros perros.
